miércoles, 2 de abril de 2014

Efímero.

Hay una flor ya marchita en este prado,
refleja una vida que acaba pronto,
se mira en el espejo, solo ve un tonto
cuando piensa en todo lo que ha tragado.

Creyó que no tenía oportunidad,
se equivocaba pero tarde ya era.
Insignificante se ve en la esfera,
y ahora va cabizbajo en soledad.

Se le olvidó su más preciado anhelo,
van ya demasiadas noches de insomnio.
Hasta siente calor con el frío hielo.

Bajo sus pies estaba el precipicio.
Él quebró su voz gritándole al cielo,
y vio la solución en el suicidio.

De(lira)ndo.

Este ser inestable
en su soledad se adentra en los libros.
La locura es palpable,
cuando en papel escribo
con rabia, asestándome golpes críticos.

jueves, 13 de marzo de 2014

¿Sólo es una sensación?

¿Tengo versos o tormentas de arena?
Me pregunto yo cuando los recito,
saliva ácida viene al leer lo escrito.
Por mi garganta áspera suben penas
y los delirios de este ser maldito.
Yo no maldigo, yo plasmo tristeza,
me expreso bien pero con mala letra.
Mi musa me tacha de incomprendido.

jueves, 10 de octubre de 2013

A solas no, con mi locura.

Le canto a la Luna
o a la musa perdida
en mi esquizofrenia,
¿cuándo llegará la hora
de enfrentarme a mi Locura?
Cuando el próximo pacto
con Lucifer me cueste la vida
y mi saliva transmita
verdades que se fugan entre el humo,
por la poca cordura que conservo
y de la que no presumo.
En el pecho un nudo
que da que pensar,
tosiendo sangre a estas horas,
porque en mi oído un niño llora
con su llanto mudo.
Sudo ácido sulfúrico,
con cada sueño trágico
que resulta ser cierto,
despierto empapado en alcohol
o rodeado de barbitúricos,
según dicte mi calendario.