miércoles, 2 de abril de 2014

Efímero.

Hay una flor ya marchita en este prado,
refleja una vida que acaba pronto,
se mira en el espejo, solo ve un tonto
cuando piensa en todo lo que ha tragado.

Creyó que no tenía oportunidad,
se equivocaba pero tarde ya era.
Insignificante se ve en la esfera,
y ahora va cabizbajo en soledad.

Se le olvidó su más preciado anhelo,
van ya demasiadas noches de insomnio.
Hasta siente calor con el frío hielo.

Bajo sus pies estaba el precipicio.
Él quebró su voz gritándole al cielo,
y vio la solución en el suicidio.

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